domingo, 23 de agosto de 2015

11. TENDINITIS: 

Si los ligamentos unen los huesos entre sí, los tendones unen el músculo al hueso. Su inflamación se denomina tendinitis y su rotura desgarro. Como en la mayoría de las lesiones que nos ocupan, la principal causa de riesgo se encuentra en el calentamiento insuficiente.
Un dolor en consonancia con la gravedad de la lesión -más agudo en la rotura- y una inflamación de la zona son las características significativas que nos indican el tipo y grado de lesión. No es muy corriente -excepto que exista una rotura de algún vaso sanguíneo- la aparición de hematomas. La funcionalidad del tendón afectado quedará mermada en caso de una tendinitis o anulada en caso de una rotura.
Una vez producida la lesión aplicaremos frío sobre la zona y cuando el dolor disminuya, calor. Los analgésicos y anti-inflamatorios serán prescritos por el médico. Algunos deportistas con experiencia en lesiones tienden a automedicarse cuando sufren lo que ellos creen una tendinitis. Este comportamiento elude la visita al médico y como resultado podemos encontramos con una lesión persistente. Sólo el médico es capaz de diagnosticar exactamente el grado de importancia de la lesión, pudiéndonos encontrar ante un desgarro o lo que es más grave con una rotura de la vaina que cubre al tendón (tendovaginitis).
En estos dos últimos casos nos enfrentamos a lesiones graves que requieren una rápida evacuación.

12.DESPRENDIMIENTO DE UÑA: 

Frecuentes traumatismos o hematomas subungueal en la uñas de los pies y las manos debidos a golpes, accidentes domésticos o laborales, limados muy abrasivos de las uñas con el fin de prepararlas para la fijación de las uñas postizas o al arrancar las mismas, mordiscos onicofagicos, calzados y sandalias estrechos e inadecuados o actividades deportivas entre otras.
Síntomas: El dolor es propio de la fase aguda. Los traumatismos pueden dañar la matriz ungueal y causar en la mayoría manchas negras, violáceas, marrones, azuladas, blancas, líneas verticales o horizontales debidos a las pequeñas hemorragias de los vasos sanguíneos del lecho ungueal. Muchas veces cuando se debe al calzado estrecho no se nota dolor. ver caso típico de traumatismo por calzado
Clinica :
En la mayoría de los casos estos traumas no son motivo para preocuparse ya que con el tiempo tienden a desaparecer. Sin embargo el despegamiento total de la uña, la inflamación y el dolor insoportable deben ser reportados al dermatólogo, ya que pueden requerir un tratamiento especializado, el médico podriá praticar un drenaje de la sangre del hematoma para aliviar la presión y el dolor mediante una aguja. No se debe nunca extirpar del todo la uña dañada por un traumatismo, sin consultar previamente al médico. ya que un traumatismo puede ser una puerta abierta a otras infecciones. Lo más habitual es una colonización de hongos. Lo ideal es mantener la uña protegida y dejar que caiga sola. Utilizar un desinfectante tópico Pavidona, proteger la uña con una gasa fijada con esparadrapo y cambiarla a menudo, el objetivo es evitar nuevos traumatismos y infecciones. Con el tiempo la vieja uña caerá empujada por la nueva saliente (6-8 meses para uñas de la mano y 12-18 meses par uñas del pie), esto garantizara la máxima protección de lamatriz ungueal la regeneración de la uña lo más rápido posible.
Hay pocas probabilidades de que salga una uña nueva si la matriz ungueal se ha completamente dañada y si más de un año no parece que vaya a crecer. Asegurarse de que ve algún trozo por pequeño que sea de uña sana, es el único que nos puede garantizar que tendremos una uña nueva.
En la etiología ungueal, el crecimiento de la uña nueva empuja forzosamente la uña dañada y la acumulación de la sangre coagulada hacia el borde libre, y se admite que puede desaparecer en el curso de esta progresión cuando nos cortamos la uñas. Pero puede existir que la sangre coagulada se encuentra excepcionalmente atrapada en la fisura del lecho ungueal lesionado por el traumatismo y sin posibilidad de desplazarse hacia el borde libre. Pero con un tiempo mucho más largo, acabara por migrar y desaparecer. Puede existir también que después de un accidente o una extirpación, una nueva uña frágil y blanda, no puede disponer de la fuerza de crecimiento necesaria para desplazarse sobre una matriz unguéal dañada por un traumatismo o por la avulsión. En el esfuerzo producido, la uña natural tiene tendencia a curvarse sobre sí misma y toma la forma de estrias en abolladuras o líneas de Beau.
Consejos:
Para evitar los traumatismos en cadena en deportistas, estos deben cortarse y limarse a menudo las uñas de los pies sin dejar que sobrepasen demasiado el borde libre de la punta de los dedos. De esta forma se impide que la uña tope con el calzado y provoque traumatismo.
No es recomendable maquillarse o colocar una uña postiza en el lugar de la uña perdida, se han descrito efectos segundarios del tipo de reacciones alérgicas por contacto, infecciones, hemorragias, parestesias y severo dolor.

13.DESCALABRADA:

Revise a la persona afectada para saber si tiene lesiones en otras partes del cuerpo. La preocupación por la herida en la cabeza podría hacer que se ignoren otras que también requieren atención.
Cuando se trate de un golpe que no ocasiona sangrado, aplique compresas frías o hielo para bajar la hinchazón. Es probable que de cualquier forma haya inflamación (chichón), pero la baja temperatura ayudará a calmar el dolor.
Si hay sangrado, aplique presión directa en la herida con un vendaje limpio durante 15 minutos; en caso de que el fluido empape el paño, ponga más lienzos.
De juzgarlo necesario, use guantes u otro tipo de protección para evitar contacto directo con la sangre y prevenir contagios.
En heridas pequeñas, lave la superficie con agua y jabón una vez que el sangrado se haya suspendido o reducido, luego cubra la herida con una gasa limpia y vendajes.
Si una cortadura es profunda, continúa sangrando o los extremos de la piel no se unen con facilidad, trate de cerrarla con vendoletes (pedacitos de cinta adhesiva cortados en forma de “moño”) mientras acude a servicio médico o pide ayuda al personal de emergencias. Esto puede acelerar la curación, reducir el riesgo de infección y minimizar el tamaño de la cicatriz.
Se debe llamar de inmediato al servicio médico cuando el paciente sufre pérdida de conciencia, presenta un área hundida o esponjosa en la cabeza (fractura) o hay fragmentos de huesos visibles. También cuando se detecta la salida de sangre o fluido de color claro a través de oídos o nariz.

14. RASPADURAS SUPERFICIALES:

Lo primero que hay que hacer es detener la hemorragia y prevenir la infección.
Acto seguido hacer una evaluación del paciente, viendo si hay alteraciones vitales como la respiración o el pulso.
Habrá que ver si el enfermo tiene alguna enfermedad, alergia, si toma medicamentos, si no se ha vacunado de la antitetánica en los últimos 10 años, si se ve que la herida ha de ser suturada, etc., ya que en caso afirmativo,se deberá avisar a un médico.
Una vez que el paciente ha sido estabilizado, nos centraremos en la herida, tratando de conocer el tiempo transcurrido desde su producción, cuál ha sido su causa y si hay o no posibilidad de cuerpos extraños en ella

En caso de heridas simples:

Lo primero que debemos hacer, es en la medida de lo posible lavarse las manos para evitar cualquier tipo de infección.
Luego lavaremos la herida con agua y con jabón.
En caso de que exista la posibilidad de que haya algún cuerpo extraño dentro de la herida, o si lo hemos visto, avisaremos a un médico de urgencia, y nunca se deberá extraer.
Para detener la hemorragia, se ejercerá presión en la herida hasta que el sangrado se detenga y se aplicará ungüento antibacteriano.
Si es posible que la herida se vuelva a abrir o se contamine, la cubriremos prestando atención a que no se pegue a la herida y siempre que el sangrado se haya parado.

En caso de heridas graves:

Si el sangrado es fuerte o no se detiene al cabo de un tiempo razonable o si de repente se produce un aumento del sangrado será necesario dirigirse a urgencias y esperar la atención de un médico.
También si el accidentado está gravemente lesionado o si la víctima ha sido mordida por un animal o persona.
Cualquier circunstancia que agrave la situación hace que sea recomendable, si no necesario la asistencia médica

15. CALAMBRES: 

Técnicamente, un calambre es un espasmo muscular involuntario (habitualmente una contracción). A diferencia de las contracturas, el calambre es ocasional, no permanente.
Normalmente no tiene ninguna gravedad, aunque puede ser muy doloroso. Los gemelos y la cara trasera del muslo son las zonas más susceptibles de sufrir calambre.
Síntomas.
Dolor muy intenso y localizado en un músculo concreto.
Habitualmente la tensión muscular es perceptible al tacto (“duro como una piedra”), y en muchas ocasiones resulta imposible mover el músculo hasta que el calambre no remite.
Qué los causa.
Suele producirse cuando se produce alguna de estas condiciones, normalmente más de una a la vez:
• Sobre esfuerzo del músculo.
• Ejercicio muy intenso y prolongado. El calambre se produce cuando el músculo empieza a llenarse de toxinas y deshechos, y comienza a quemar oxígeno con dificultades.
• Perdida de sales minerales (principal causa de los calambres que ocurren tras entrenar durante un rato largo).
• En ciertos casos, si hay problemas circulatorios o de irrigación del músculo, ya sea por lesión, por mantener mucho tiempo una postura que corte la circulación en algún punto, u otras causas fisiológicas.
Qué se debe hacer cuando ocurre: Primeros auxílios.
• Interrumpir la actividad. Normalmente, el propio calambre obliga a detenerse.
• Masajear el músculo. Se suele notar un cierto alivio al apretarle con fuerza.
• Tratar de estirar el músculo, ayudandose con las manos si es preciso (moviendo la articulación más próxima). Relajarlo un instante, y seguir tratando de estirar.
• Cuando el calambre remite, ponerse en movimiento con suavidad, de forma que el músculo trabaje. Si nos inmovilizamos se puede repetir.
• Refrescar con agua fría suele ayudar.
La prevención: Cómo evitar que nos ocurra.A veces son difíciles de evitar, en especial los que se producen tras un tiempo de entrenamiento, por acumulación de toxinas. En general un calentamiento correcto sirve para que no se produzcan. También es conveniente tener cuidado con las posturas. Algunos calambres en las pantorrillas se producen tras estar un rato en posición arrodillada, en el periodo de concentración (“mokuso”) al principio y al final de las clases, que se practica en algunos estilos (esto ocurre especialmente cuando la persona no está acostumbrada a sentarse sobre los talones).

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